LAS MEJORES PELÍCULAS SOBRE COCINA.
Fuente: Patricia C. Serrano. El Economista.

Los fogones, tendentes a la falta de atención en los escenarios de ficción, han conseguido en los últimos años un lugar relevante en las pantallas impulsados por un patente y renovado interés de la sociedad por la cultura gastronómica y los nuevos 'magos' de la cocina.
La revolución culinaria con epicentro en España y reverberación internacional vino acompañada a posteriori y de modo poco casual por multitud de películas que apostaron por recrear historias en torno a restaurantes, con sumilleres y chefs como protagonistas, y guisos y texturas como secundarios de lujo. Y en este punto radica la principal novedad observada a lo largo de la historia del cine.
Mientras que desde los inicios del arte cinematográfico la comida ha ocupado un puesto de honor ganado por pura fotogenia entre los cristales de plata -son innumerables las escenas de filmes de todo género en las que los alimentos son protagonistas, empezando por los hermanos Lumière y continuando por Chaplin, Hitchcock, Buñuel o Ang Lee-, el trabajo que implica su preparación junto a los profesionales de la restauración y las cocinas destinadas a este fin han permanecido escondidas, juzgadas sus historias como carentes de interés. Aquí es donde hemos asistido a una curiosa vuelta de tuerca que ha costado 110 años de historia del cine: los cocineros y las cocinas son ahora los protagonistas. Y la tendencia apunta a que han 'salido del armario' para no volver a entrar. Al menos, mientras que dure la racha.
Tras la atención del séptimo arte, llegó la de las televisiones, que dieron respuesta al nuevo furor gastronómico con concursos y formatos de telerrealidad inspirados en las técnicas gastronómicas y que a día de hoy, pueblan la pequeña pantalla con gran éxito. Esta incorporación ha dado el espaldarazo definitivo a las historias sobre cocina, y ha retroalimentado su interés nutriendo al cine de nuevas motivaciones culinarias.
Repasamos a continuación las películas más inolvidables que tuvieron la audacia de meter las cámaras dentro de los restaurantes:
-El festín de Babette (Dinamarca, 1987)
Primera gran película que corona el sentido de la comida y el arte de su preparación como redención espiritual y salvadora del ser humano. Basada en la novela danesa de Isak Dinesen -célebre autora de Memorias de África- publicada en 1934, la cinta ganó el Oscar como la mejor película de habla no inglesa en 1988, consolidando la adaptación cinematográfica de Gabriel Axel como obra maestra. La protagonista de la historia es una sirvienta francesa refugiada en un pueblo de estrictos valores conservadores en el país escandinavo, que decide gastar un premio de lotería en preparar una opulenta cena para todo el pueblo, a través de la que los personajes conectan con la propia vida y sus placeres.
-Mystic Pizza (EEUU, 1988)
Este filme dirigido por Donald Petrie no pasa de ser una comedia entretenida, sin embargo, resulta imposible obviar su relevancia por el hecho de ser la película que descubrió al mundo a una de las más grandes estrellas del cine de Hollywood, Julia Roberts, que durante las dos décadas siguientes fue considerada 'la novia de América'. En la película, la historia de una familia compuesta por tres hermanas adolescentes se cuenta desde la cocina de una humilde pizzería que lucha por sobrevivir.
-Como agua para chocolate (México, 1992)
Alfonso Arau puso en imágenes la exitosa novela de la escritora mexicana Laura Esquivel con irregular resultado en la difícil tarea de reflejar el realismo mágico que utilizó la novelista apoyándose en la comida y su preparación como vehículo de expresión de sentimientos. La protagonista de la historia es privada del amor desde adolescente, y obligada a quedarse soltera para cuidar a su anciana madre. La tradición mexicana gastronómica se despliega a lo largo del metraje para dar rienda suelta a la enamorada a expresar sus frustraciones de amor.
-Chocolat (Reino Unido-EEUU, 2000)
Este filme dirigido por el sueco Lasse Hallström y protagonizado por la estrella gala Juliette Binoche y Johnny Depp compuso un singular cuento de hadas ambientado en un pequeño y conservador pueblo francés. Una misteriosa repostera abre una confitería en el corazón de la villa y revoluciona con los placeres del chocolate la vida de sus habitantes. El chocolate tiene un papel secundario frente a la magia que irradia la pastelera en la preparación de cada uno de los celestiales e irreverentes dulces.
-Deliciosa Marta (Alemania-Italia, 2001)
Coproducción europea rodada en alemán, y primera película de esta lista que introduce la lente de la cámara en los fogones de un restaurante de alta cocina. La protagonista, chef del prestigioso local, ve descolocada su calculada vida al tener que acoger a su sobrina tras quedar huérfana. La lucha en los fogones con la llegada de un cocinero italiano muestra un interesante modo de contemplar el arte culinario desde dos culturas gastronómicas opuestas.
-Ratatouille (EEUU, 2007)
Alta gastronomía francesa, miserias y placeres de los cocineros, temidos críticos culinarios y... una rata con un sueño cuajado de estrellas Michelín. La maravillosa factoría de Pixar terminó de bendecir la gastronomía y las historias de cocina con su Ratatouille, brillante película dirigida por Brad Bird que ofreció un perfil animado y encantador de París con olor y sabor propio. En esta historia, una rata con un don para cocinar y comprender los sabores de los alimentos trata de hacer realidad su sueño trabajando en un restaurante de lujo escondida en el gorro de un aprendiz de cocina torpón. Imprescindible.
-La camarera (EEUU, 2007)
Este mismo año el cine ofreció otra singular muestra de película de cocina desde una perspectiva indie. El filme dirigido por la realizadora Adrienne Shelly (quien fue asesinada meses después de terminar la película por un enfermo mental que trabajaba en su edificio) contó con un presupuesto mínimo para contar la historia de Jenna, una camarera capaz de cocinar tartas inspiradas en su estado de ánimo que conquistan el paladar de todo aquel que las prueba y que, sin embargo, sufre la esclavitud a la que la someten su marido y su jefe en un pequeño pueblo de la América profunda. Las tartas 'Bebé malo', 'Odio a mi marido', 'Enamorarse' o 'Sirenas de malvavisco' forman parte de la colección de creaciones de Jenna, quien logra hechizar también a los espectadores con su arte de pastelera. La película tuvo una gran acogida en el prestigioso festival de cine de Sundance y fue posteriormente saludada con buenas críticas en España a las que no acompañó la pobre exhibición que padeció en nuestras salas. Una auténtica lástima.
-Soul kitchen (Alemania, 2009)
Fatih Akin firmó una de las películas europeas más reconocidas del año que tampoco fue debidamente degustada en nuestro país. Frente a la alta cocina, Soul kitchen posa su mirada en un protagonista perdedor que trata de sobrevivir levantando un restaurante cutre de Hamburgo especializado en comida basura y alérgico a los clientes. Divertidísima comedia entre fogones y mafias inmobiliarias con personajes excelentemente escritos y mejor interpretados. Para una tarde de depresión.
-Bon Appétit (España, 2010)
Brillante representante española de la lista. En nuestro país ya se habían explorado las posibilidades del cine de cocineros (Dieta Mediterránea conforma otro ejemplo), pero fue el buen hacer y la inteligencia del director y guionista David Pinillos lo que logró superar el escalón de las comedias olvidables para crear una historia de cocineros de gusto muy contemporáneo, con amores no correspondidos, jóvenes europeos tratando de cumplir sus sueños lejos de casa, alta gastronomía europea y Zurich como decorado de cuento. El actor vasco Unax Ugalde y la estrella alemana Nora Tschirner encabezan el reparto internacional. Es como el chocolate puro: un incontestable placer que deja poso amargo en el paladar.
-La cocinera del presidente (Francia, 2012)
No podía faltar una película de cocina gala en la lista. Francia también se lleva la palma como país productor de múltiples títulos relacionados con la cocina en los últimos años. Sin embargo, la originalidad de la propuesta de este filme dirigido por Christian Vincent la eleva por encima de otras cintas. La historia está basada en un personaje verídico, el de la chef Hortense Laborie, quien tuvo que abandonar su restaurante y ambiente de cocina rural para organizar las comidas privadas del presidente François Miterrand. La curiosa relación entre ambos es la guinda de la historia
Espero que os haya gustado este artículo tan bueno de Patricia C.Serrano. Sed muy felices. Lisa.